Y mientras el tiempo pasa sin hacer ruido,yo sigo intentando convencerme de que no parará para mi y de que lo que ha de ser, será. Entre tanto, seguiré mirando de frente la rosa roja que se marchita a la vez que el viento la deshoja con furia y convierte en ásperos pedazos la dulce y suave piel que cubría sus pétalos.
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