Pero qué podía decir yo sobre ese tema, si mis cabellos para ese momento ya estarían nevados. Mi piel ya estaría arrugada y mis ganas de seguir yacerían en el fondo de un lúgubre pozo, como en el que me encuentro ahora y del que no soy capaz de salir. Quizá será la edad, o el cansancio de luchar. Los tiempos de posguerra envejecen a las personas sin que apenas se den cuenta.
No ha sido fácil sacar comida de donde no había, pero por ellos, por ellos hubiera sido capaz de matar y darles de beber la sangre de alguien.
Quizá os parecerá duro, pero os aseguro que más duro es ver como tus hijos van perdiendo vida a cada minuto que pasa, cada segundo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario