Alguien me dijo una vez, muy seguro de lo que decía, que no sabía elegir, y definitivamente, llevaba razón, me equivoqué, otra vez. Y ahora camino con el error a cuestas.
Podría haber elegido bien esta vez, y quizá las cosas serían diferentes. Cinco minutos con la otra parte de mi camino me confirma que mi elección fue errónea. Al fin y al cabo ha sido decisión mía, ahora las consecuencias también lo son. ¿No?.
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