Por esos momentos en los que respiras hondo al percibir el olor a café recién hecho, o el olor de la plancha de vapor que usa tu madre al planchar. Por el olor a pan tostado y a veces quemado. Por esos días que estás contenta sin tener motivos y te dedicas plenamente a impedir que nadie pueda estropear ese sentimiento. Por todo esto y mucho más. Vive.
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