si dejar tiempo para asimilar el presente. Tu cabeza sigue en ese pasado,
que cada día es más y más lejano.
Ese pasado que te recuerda momentos de máxima felicidad,
y momentos de máxima tristeza.
Momentos de sal, y a veces de azúcar, momentos de hielo, de alcohol,
momentos de ron. Momentos de agua y de arena. De besos y de gritos.
Momentos que no se recuerdan bien, y algún que otro
que ya has olvidado. Y que ni siquiera eres consciente de si existió.
Es como si estuviera borroso, pero latente, te grita que está ahí.
Te grita que estuvo ahí, y por el mero hecho de que fue y ya no es. Sonríes.
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